
Allí también aparecían los trabajos de Leonardo da Vinci (1452-1519). ... encontré un dibujo, de escasas dimensiones, de una cabeza femenina, realizado sobre papel. Lo contemplé con una mezcla de emoción y sorpresa. Al lado de la testa de la hermosa mujer, un gran panel reproducía algunos dibujos anatómicos de Leonardo: disecciones de fetos dentro de sus matrices y vulvas y vaginas, también diseccionadas. El Leonardo artista y el Leonardo científico. Nada más.

Un bestiario es una colección de breves descripciones de los hábitos de toda suerte de animales, reales e imaginarios, de aves y aun rocas, acompañada por explicaciones moralizantes.
Fue un tipo de literatura familiar que sobrevivió hasta el Renacimiento. Aunque trata del mundo natural, no significa que sea un texto científico y no debería leerse como tal. En algunas ocasiones los bestiarios contienen textos que son francamente de carácter mítico y envuelven a animales legendarios tales como el basilisco y el fénix.

El Bestiario de Leonardo da Vinci demuestra su profundo respeto por la armonía del cosmos, donde cada animal posee precisas características: encontramos perdices ladronas, águilas que son generosas, zorros que se convierten rápidamente en artistas, halcones solitarios y arrogantes, voluptuosos murciélagos, hipócritas cocodrilos e indomables panteras.
En el Bestiario existe una extraña mezcla de intereses. Leonardo, en ocasiones, se presenta simplemente fascinado por lo exótico. Sin embargo, muchas de las criaturas están incluidas con el objeto de que sirvan de alegorías. Esto es particularmente obvio cuando la cualidad que ellas representan va unida a la descripción de la criatura misma.

Si el Bestiario tiende a mostrar a un Leonardo en su más “medieval” aspecto, esto pertenece más a la tradición que a los hechos observados y posee más ansiedad por alegorizar que por analizar. Sin embargo, se revela ante nosotros lo que es una aproximación a lo moderno: el énfasis del Renacimiento por la observación y el descubrimiento más que por la autoridad de los maestros de la antigüedad.

No es comúnmente sabido que Leonardo da Vinci se divertía, ya en sus postreros años, componiendo un bestiario. Los escritos de él pasaron por innumerables vicisitudes. Fueron publicados en los siglos XIX y XX en Milán, París, Londres y Turín.

Dejemos como colófón, que sea Giorgio Vasari (1511-1574), quien se encargue de recordarnos una semblanza de Leonardo da Vinci:

Esto ha sido visto por los hombres en Leonardo da Vinci, en quien, además de una belleza corporal nunca suficientemente encomiada, hay una infinita gracia en todas sus acciones y tan grande fue su genio como su crecimiento que, ante cualquier dificultad que se encontrara su mente, él superaba la dificultad con facilidad. En él hubo una gran fuerza corporal, unida a la destreza, con un espíritu y un coraje, leal y magnánimo, y la fama de su nombre se incrementó y no solamente en vida logró estima, sino que su reputación llegó a ser tan grande para la posteridad después de su muerte...”.
1 comentario:
hola que lastima que nadie lea esto esta muy lindo saludos
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